lunes, 4 de mayo de 2015

"SI TENGO UN ACCIDENTE, PREFIERO MORIR". A 21 AÑOS DE LA MUERTE DE SENNA.

Como todos leen en mi información personal, mi nombre es: AYRTON, del cual siempre quise saber cuál era el origen o si tal vez era por alguien y si no me equivocaba era por alguien, era por ÉL, el más grande entre los grandes hoy a unos cuantos días de haber cumplido 21 años de su terrible accidente, no me queda más que recordarlo tal y como lo que es un GRANDE y ser un digno portador de su nombre.

Este viernes 1 de mayo de 2015 se celebró el 21º aniversario de la trágica muerte de Ayrton Senna, que perdió la vida en el Gran Premio de San Marino de 1994, celebrado en el circuito de Imola. El brasileño, que enamoro tanto a su país natal como a un gran grupo de aficionados al motor de todo el mundo, logrando ganar tres títulos mundiales: en 1988, 1990 y 1991. Además, sus continuas batallas en pista con Alain Prost se han ganado el prestigio de aficionados y entendidos y se han convertido en parte importante de la historia de la F1.

¿Por qué todavía su memoria tiene tanta fuerza y potencia? Ayrton Senna no era sólo un piloto único. Era también un ser humano diferente. Con sus luces y sus sombras, por supuesto, pero alguien distinto.

Ayrton Senna, en su vida, necesitaba trascenderse a sí mismo constantemente. Como si buscara elevarse hacia esa divinidad a la que siempre acudía usaba un monoplaza de carreras como instrumento para superar sus límites terrenales como ser humano. ¿Exagerado? No hay espacio para recuperar aquí las mil y una veces en las que expresaba ese mecanismo psicológico, esa constante lucha interior por tocar esos límites para luego fulminarlos, una y otra vez, en un bucle interminable. Por eso le llamaban ‘Magic’.


Sin embargo en su temporada final sin que él lo supiera, El equipo McLaren fue incapaz de mantener su dominio, y el resurgir de Williams hizo que Senna tuviera problemas para mantenerse delante. En 1994, piloto ya de Williams, el brasileño ya sumaba dos abandonos en las primeras dos carreras cuando llegó el Gran Premio de San Marino. El fin de semana no empezó bien, ya que Rubens Barrichello lograba esquivar la muerte tras un fuerte accidente durante los entrenamientos. 


No obstante, Roland Ratzenburger no tuvo la misma suerte y perdió la vida durante la sesión de clasificación de ese mismo fin de semana. El accidente, que tuvo lugar el 30 de abril de 1994, hizo que Senna rompiera en lágrimas y que se cuestionara su futuro en el deporte.
Pero Senna decidió correr el domingo y, tras una buena salida, marcada por el accidente entre J.J. Lehto y Pedro Lamy, el brasileño se puso al frente de la carrera. En la séptima vuelta, de forma inexplicable, su coche se salió de pista en la curva Tamburello  y se estrelló contra el muro, lo que provocó la salida de la bandera roja. A pesar de los intentos del equipo médico y del doctor Watkins, Senna murió más tarde en el hospital. "Si tengo un accidente, prefiero morir, soy una persona demasiado activa para pasar el resto de mi vida en una silla de ruedas" – una de las frases que no dejo Senna  y se cumplió-. 


Senna abarcaba en sí mismo la baraja más amplia de las emociones que pueden encontrarse en el hombre. Implacable, duro y feroz como el más intenso de los guerreros. Sensible y compasivo como el mejor de los amigos. Mientras se movía entre uno y otro extremo dejó enganchados a tantos. Por eso, todavía hoy, se le recuerda tanto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario